Testimonio #54: Prepascua

miércoles, 19 de abril de 2017

Siendo muy sincera, la Prepascua del 2017 no me daba buenas impresiones; la sede donde se realizaba no era el colegio tan maravilloso que yo conocía, tampoco iban a ir los mayores del grupo y su ausencia se notaría y por último iban personas que no conocía de absolutamente nada y me imaginaba que el encuentro no sería tan familiar como suele ser otras veces. Todo apuntaba a que me iba a negar a ir; aunque casi, me apunté el último día arriesgándome a pasármelo bien o tener la peor experiencia de mi vida. Ya con la PPSQ en marcha, dejé mi sentimiento de arrepentimiento a un lado, pero veía la experiencia algo diferente. ¿Dónde estaba el Domingo de Ramos? ¿No hay ramos? No le veía ningún orden a la prepa y eso me hacía pensar que no sería la peor pero si una muy “cutre”. Unos meses atrás había tenido un roce con el cura, para nada grave, una estupidez, pero me sentí mal y ya no sabía con quien hablar y decirle que la Prepascua no estaba pasando por mí, necesitaba ayuda. No iba a dejar que la PPSQ no pasara por mí por 3ª vez consecutiva. No veía a Dios por ningún lado, ni en las dinámicas ni en las celebraciones, y por lo que veía la gente lo encontraba, tanto que lloraba y todo. Eso no quiere decir que no me gustasen las dinámicas porque me encantaron, me hicieron reír y disfrutar aunque fuera sin ver a Dios. Sólo había un momento en el día en el que yo lograba sentir a Papá Dios, y ese era el tiempo personal. Conseguía pasar, por unos minutos, profundamente por la PPSQ, me hacían reflexionar sobre mi fe y mi vida.                         
¿Judas? ¿Pedro? Yo no niego a Jesús al igual que Pedro, yo le vendo como hizo Judas; siempre nos han hecho pensar que Judas es el malo, pero todos, seamos Pedro o Judas hemos hecho algo muy feo al Señor. Y ver tantos momentos de mi vida en tan solo 5 sobres me hizo alegrarme pero sobre todo porque vi que el Creador me había (y sigue) acompañado durante los momentos más felices de mi vida y también en los de soledad.  
Cuando nos pusieron el video de la pasión y muerte de Cristo, me impresionó el sonido, era muy fuerte escuchar todo eso. Los gestos de darse la vuelta si éramos Pedro o besar el pómulo de Jesús si éramos Judas, lavarnos las manos como Pilato,… en general todos los gestos eran muy bonitos y me llegaron, me gustaron bastante. Tuve la suerte de poder hablar con José María el penúltimo día, le contaba que solo sentía al Padre en los tiempos personales y me sentía algo mal, como que había hecho mal algo. Su respuesta me impresionó, me bendijo porque verle allí era suficiente y maravilloso, que diera las gracias, que estaba genial. Y para concluir, me fui de esta encantadora experiencia con una gran sonrisa en la cara, dentro de mí sentía que esta era mi primera PPSQ en la que veía a Dios en ella.                                                      
¡Menos mal que me arriesgué! Al llegar a mi casa, me di cuenta de que había un sitio más donde había visto a Dios, en los compañeros, en los niños, en los APJs, en todo aquel que me rodeaba allí lo veía. Muchísimas gracias a todos los APJs y miembros de la comunidad por haber hecho tan preciosa Prepascua, de corazón.
Gara (Brujula)