Todo lo que nos "dice" y nos "manda" Jesús, tiene una maravillosa finalidad: "que participemos de su alegría y seamos plenamente felices".
Este es el principio y fundamento de nuestra fe. Esta será, entonces,
la señal y el termómetro de la misma. Solo damos lo que tenemos. Déjate
amar y tendrás alegría y podrás amar. Una gran noticia casi sin
estrenar. ¡Despertemos! Feliz domingo, día del Señor. Un abrazo.