CARTA DEL OBISPO: "SOMOS UNA FAMILIA CONTIGO"

jueves, 16 de noviembre de 2017

El 19 de Noviembre de este año 2017, celebramos el “Día de la Iglesia Diocesana”. Un día para dar gracias a Dios por pertenecer a la Iglesia y por todos los bienes espirituales que a través de ella recibimos. Una jornada anual para reavivar la conciencia de que, en nuestra condición de cristianos, formamos la gran familia de los hijos de Dios que es la Iglesia, y en la que todos estamos llamados a ser miembros vivos y activos.

Para nosotros, la pertenencia a la Iglesia Católica —extendida por toda la Tierra— se concreta en la  Diócesis Nivariense que formamos los católicos de las islas de La Gomera, El Hierro, Tenerife y La Palma. Una Diócesis que cuenta con gran número de instituciones, asociaciones y movimientos en los que fieles laicos, congregaciones religiosas y sacerdotes desarrollan su compromiso cristiano en la Iglesia y en la sociedad.

Particularmente, para la inmensa mayoría de los fieles, a la hora de vivir nuestra fe, contamos con 320 parroquias, atendidas por casi 200 sacerdotes. En cada una de ellas, con su variado patrimonio antiguo y nuevo (templos, capillas, salones parroquiales, casa del párroco…), se imparte la  catequesis para educar en la fe a niños, jóvenes y adultos; a través Cáritas se atiende a los más pobres. Cada una tiene sus celebraciones y fiestas. En cada parroquia los cristianos son bautizados y confirmados, celebran la Santa Misa, contraen matrimonio y son encomendados el día de su muerte.

Todo ello, inserto dentro de nuestro “Plan Pastoral 2015-2020”: “Una iglesia en salida misionera”.  Concretamente, en este curso que estamos comenzando queremos poner el acento en “acompañar y fructificar”. Como nos dice Jesús en el Evangelio “yo les he elegido y le he destinado para que vayan y den fruto, un fruto que permanezca” (Jn. 15, 16).

Es evidente que mantener y acrecentar aún más toda esta actividad, y la conservación de las infraestructuras necesarias, sólo es posible gracias a la colaboración personal y económica de muchos cristianos, a los que agradezco su generosidad. La vida de la Iglesia depende siempre —y hoy más que nunca— de los fieles que cumplen con su deber de “ayudar a la Iglesia en sus necesidades”. Por ello, el Día de la Iglesia Diocesana tiene también como finalidad dar a conocer la realidad económica de nuestra Iglesia y solicitar la ayuda generosa de los fieles en el sostenimiento económico de su Iglesia.

En la Iglesia, el dinero no es un fin sino un medio al servicio de la misión evangelizadora, del culto y de la caridad. Lo que la Iglesia puede hacer depende, en buena parte, de los recursos que tenga para realizarlo. Esto es claro y evidente, y no tenemos por qué avergonzarnos al reconocerlo. Como en toda familia, es natural que la Iglesia sea sostenida económicamente por la aportación de nosotros, los católicos, de todos los que somos miembros activos de ella. Lo cual no quita que otras personas de buena voluntad, que valoran lo que hace la Iglesia, contribuyan a su sostenimiento como sucede, por ejemplo, cuando ponen la “X” a favor de la Iglesia en la declaración de la renta o hacen donaciones directas.

“Acompañar y fructificar” es la clave pastoral para este curso 2017-2018 y hemos elegido este día 19 de noviembre para dar comienzo a la “misión diocesana” en todas las parroquias. Por el mismo hecho de ser cristianos, todos estamos involucrados en la tarea. Todos somos misioneros y debemos participar en la misión de la Iglesia, con nuestra oración, con nuestra prestación personal en las tareas apostólicas y socio-caritativas y, también, nuestra aportación económica.

Sabemos que “si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles”. Por eso no dejemos de encomendar al Señor nuestros esfuerzos misioneros, para que sea  Él quien de crecimiento a lo que sembramos y “haga prósperas las obras de nuestras manos”. Así se irá haciendo realidad lo que pedimos al Señor en la liturgia: “Que nuestra Diócesis Nivariense se renueve constantemente a la luz del Evangelio y encuentre siempre nuevos impulsos de vida; que se consoliden los vínculos de unidad entre los laicos y los pastores de tu Iglesia, entre  el Obispo y sus presbíteros y diáconos”. Que así sea, en la intención y en la acción de todos.

Bernardo Álvarez Afonso
Obispo Nivariense