Los Santos Inocentes

miércoles, 28 de diciembre de 2016

"Un clamor se ha oído en Ramá, mucho llanto y lamento: es Raquel que llora a sus hijos, y no quiere consolarse, porque ya no existen"
 Jeremias, 31: 15

Sería cuando tras ser burlado por los Magos de Oriente, el cruel Herodes enviara a matar a todos los niños de Belén de hasta dos años. El Rey quería de esta forma asegurarse que el Mesías no le quitaría un poder que él consideraba suyo. 
Herodes se equivocaba. El Rey de Reyes no venía a gobernar mediante el poder de la fuerza, sino el poder del Amor y eso en algo que un hombre que aunque judío, había obtenido el poder gracias al Imperio Romano (por eso el pueblo hebreo no le tenía precisamente simpatía) era muy difícil de comprender. En medio, se oyó el clamor de las madres suplicando por la vida de sus hijos; lloros y lamentos que los soldados de Herodes, heraldos de la muerte, desoyeron los lloros de aquellas que veían como sus vástagos morían a manos de espadas. 
Mientras una familia huía a Egipto. Una Sagrada Familia que seguía los designios de Dios. Una Familia que tenía en su seno al Salvador del mundo. Mientras esa familia huía, se oía el llanto de madres desconsoladas ante la masacre perpetrada contra la vida de sus inocentes hijos. Aquel día fue terrible; de la masacre al llanto y del llanto al silencio; al duro y oscuro silencio.